Las niñas son vulnerables en situaciones de conflicto armado y corren un gran riesgo de ser víctimas de la violencia y explotación sexuales. Por lo tanto, necesitan una atención y protección especiales.

Vulnerabilidad de las niñas

En tiempos de guerra las niñas son violadas y padecen otras formas de violencia sexual con secuelas negativas para su salud física y mental. Cuando están vinculadas con un grupo armado, las niñas son obligadas a contraer matrimonio y a sufrir embarazos precoces. Incluso después de haberse comprometidos a poner en libertad a los niños y las niñas, los grupos armados a veces se niegan a entregar a las niñas, manteniéndolas en cautiverio como “esposas”. Después de estar vinculadas durante años con un grupo armado, las jóvenes tal vez decidan por su cuenta permanecer debido a sus lazos familiares y la dependencia que han desarrollado con el tiempo. Esto sucede con mayor frecuencia aún en situaciones en que las niñas son rechazadas por sus propias comunidades por haber estado vinculadas a grupos rebeldes, sobre todo por la “mancha” que supone haber sido violadas.

Necesidades especiales de las niñas

Con mayor frecuencia en los programas de reintegración se suele hacer caso omiso de las niñas a pesar de que son ellas las más necesitadas de atención y de servicios. La razón es que muchas niñas no están dispuestas a ser catalogadas como “concubinas” o a que sus hijos sean considerados “hijos de rebeldes”. Aunque las niñas vienen recibiendo poco a poco mayor atención, la comunidad de organizaciones dedicadas a la protección del niño, en particular la Oficina para los Niños y los Conflictos Armados, debe atender aún más las necesidades especiales de las niñas mediante una labor eficaz de promoción y programas apropiados de reintegración.