En varios informes de las Naciones Unidas publicados en los dos últimos decenios, entre ellos el estudio de Graça Machel de 1996 y el examen decenal de ese estudio, se ha observado con preocupación que el carácter y las tácticas de los conflictos armados están cambiando. Esas características cambiantes han creado nuevas amenazas para los niños. Los niños se han hecho más vulnerables a causa de las nuevas tácticas de guerra, la ausencia de campos de batalla definidos, el número creciente y diversificación de las partes en los conflicto que contribuyen a la complejidad de estos y los ataques deliberados a lugares de refugio habituales como las escuelas y los hospitales. Además, el uso cada vez más frecuente de actividades terroristas y de lucha contra el terrorismo a veces desdibuja las distinciones entre lo que es legítimo y lo que no lo es a la hora de hacer frente a las amenazas a la seguridad.

Protección de los niños durante las operaciones militares

Las nuevas características de la guerra, en particular el uso de nuevas tecnologías, suponen un mayor riesgo para los niños durante las operaciones militares. Siempre que las tácticas militares entrañen ataques aéreos y operaciones con aviones teledirigidos, es muy probable que niños resulten muertos y heridos. Si bien esos ataques no están prohibidos por el derecho internacional humanitario per sé, no deben ser desproporcionados. Los Estados Miembros deberán ejercer moderación cuando adopten esas tácticas militares y establecer medidas de protección eficaces para asegurar que no se produzcan bajas civiles durante las operaciones militares.

Utilización de niños como instrumentos de violencia

Es cada vez más preocupante que se utilicen niños para cargar explosivos o colocar dispositivos explosivos. En los últimos años ha aumentado la utilización de niños para llevar a cabo atentados suicidas con bombas, sin que ellos sepan siquiera que portan explosivos que serán detonados a distancia. Esas niñas y niños, a veces de tan sólo 8 años de edad, no suelen ser conscientes de las acciones o las consecuencias de los actos que son instigados a cometer. Tales actos a menudo provocan su propia muerte y la matanza de civiles, incluidos otros niños.

Los niños detenidos

Los Estados también arrestan y detienen con cada vez mayor frecuencia a niños vinculados con grupos armados, ya que se consideran una amenaza para la seguridad nacional o porque presuntamente han participado en las hostilidades. A muchos de esos niños se los mantiene en pésimas condiciones en contravención de las normas internacionales de justicia de menores.

Ataques a la educación

Una característica marcada de la naturaleza cambiante de los conflictos son los ataques deliberados a las instalaciones educativas y contra los escolares y los maestros. Además de la destrucción de las instalaciones escolares y los daños ocasionados a esos centros, también se ha informado de ataques con ácido y gas contra las estudiantes mientras estas se dirigen a la escuela, así como de tiroteos y atentados con bombas en los recintos escolares. En algunos contextos las escuelas son una importante cantera de reclutamiento de niños. Hay lugares donde los edificios escolares se utilizan como bases militares que se convierten en blancos estratégicos.;